Empecé por muy mal camino. Aunque a veces pienso que eso ayudó mucho. Mis primeras experiencias escolares no fueron las mejores pero, como dijo Bettleheim, eso tiene sus lados positivos y negativos. La historia es más o menos así: estaba yo muy entusiasmado por ir a mi primer día de escuela. Según cuenta mi mamita, me porté bien, me deje llevar de la mejor manera y con la mejor disposición. Aquel día, entré a esa pequeña casa en la cual me iba a educar, tenía muchas espectativas pero mi bienvenida no fue la mejor. La señora que recibía a los niños nuevos no era muy amigable, pero lo que más me desagradó, según mi tía la que posteriormente sería mi maestra, fue que hubo maltrato hacia uno de los niños que asistían al jardín, era el hijo de la profesora el cual había sido castigado por ella, que en este caso era su misma mamá.

Y para terminar de agrandar este gran inconveniente recuerdo que ese día hicieron una fiesta de bienvenida en la que repartieron torta, gaseosa, galletas, en general pasabocas y hasta una paliza a un niño. Cuando llegó mi mamita a recogerme ella me preguntó en frente de la señora que nos cuidaba, que en estos momentos dudo que haya sido una profesora, cómo me había ido en mi primer día, yo, que estaba muy mal enseñado en cuanto a mis exigencias alimenticias, muy odiosamente le dije: "Hicieron una fiestecita, repartieron gaseosa galletas y una tortica toda pobrecita porque casi no tenía cremita." La señora le dijo a mi mamita que no volvería a recibirme después de haber escuchado mi declaración, así que desde ese momento una de mis tías decidió darme clases en la casa, una de las cosas que aprendí con ella fue a leer, ella me ponía a realizar planas de vocales y consonantes, pero lo mejor de haber aprendido con mi tía es que me dejaba todos los días una tarea y si yo las realizaba me llevaba los fines de semana a comer donas al centro y a visitar a mi nona, a quien siempre quise mucho, después de tener el abecedario aprendido pase a realizar planas un poco más complejas de sílabas y en algunos casos de frases.
Por lo tanto, cuando yo ingrese a mi primer año de estudio ya sabía leer, este año lo curse en el colegio “Rafael Pombo” mi profesora se llamaba Claudia, y nos enseñaba a leer con la cartilla de “Coquito”, pero esta solo enseñaba lo que yo ya había aprendido con mi tía en la casa durante los años anteriores, así que este año fue mucho más fácil para mí, recuerdo que un día me pelee con otro niño y como fui tan consentido no sabía pelear así que no salí tan bien librado, al tiempo conocí una niña con la que hicimos una gran amistad, aunque todo comenzó como un pacto yo le tenía que ayudar con los estudios sobre todo aprender a leer y ella me defendía a mí de los otros niños, como estaba más adelantado que mis demás compañeros la profesora creyó conveniente que me adelantaran a segundo, pero las directivas del colegio no lo aceptaron ya que no tenía la edad para pasar al siguiente año.
En el año siguiente, también mi profesora consideró que yo podía pasar a tercero pero esta vez la que se opuso fue mi mamá, ya que no quería que yo saliera muy pequeño del colegio y no supiera a esa edad que quería hacer o estudiar y me dedicara a perder el tiempo, así que hice segundo primaria y en este año aprendí a leer pequeños párrafos y algunos cuentos cortos que la maestra me daba, en tercero me cambié a la escuela “La Victoria” y además de haber hecho nuevos amigos, fue en ese momento que aprendí a tocar mi primer instrumento, una flauta dulce, y desde allí descubrí la pasión que causaba la música en mi.
En cuarto, volví a cambiar de colegio esta vez estudié en “La concentración río prado” este año pude incrementar mi gusto hacia la música, así que ingrese a la banda del colegio y tocaba los platillos, pero también descubrí que además de la música me gustaba leer, así que durante este año me dedique a leer cuentos que a mi parecer eran interesantes así como algunos que la maestra me ponía en la escuela, entre estos se encontraban las fábulas, los mitos, cuentos de hadas y algunas historietas.
Quinto lo realice en dos colegios la primera parte en el mismo que hice cuarto y la segunda en el colegio “básico Provenza”, y allí me hicieron una prueba y según los resultados me pusieron en un curso al que solo asistían los más inteligentes, donde hacíamos de talleres de lectura rápida y también me preparaban para los exámenes de admisión de bachillerato.Los colegios en los que presenté el examen de admisión fueron: “Instituto Tecnológico Salesiano Eloy Valenzuela” “Instituto técnico superior Damaso Zapata” y aunque en ambos pase el examen respecto a conocimientos, en el tecnológico me rechazaron luego de presentar una entrevista con una psicóloga, así que de sexto a once lo realice en el Salesiano, allí seguí alimentando mi vocación hacia la música, así que ingrese a la banda del colegio y allí pase por todos los instrumentos de percusión hasta que un día toque el saxofón y con este instrumento me quede 4 años, en cuanto lectura debo reconocer que no fue mi prioridad, así que no leía lo que las profesoras dejaban en clase y prefería leer lo que algunos compañeros me recomendaban o si no me conformaba con leer fragmentos que encontrara de mi interés, además porque muchas de las lecturas que las maestras dejaban eran muy aburridas, de noveno hasta undécimo la profesora de español se centro en prepararnos para las pruebas icfes y por ende solo practicábamos la comprensión de lectura, debo reconocer que a mí me sirvió mucho lo repasado en esas clases, ya que mi puntaje en español fue muy bueno, así que por ese motivo fue que ingrese a licenciatura en español y literatura, y además porque creí que iba a ser una carrera fácil de pasar, recuerdo que entre los libros leídos durante mi bachillerato se encuentran: la rebelión de las ratas, el coronel no tiene quien le escriba libro que debo mencionar no me gusto para nada y hasta creo que fue el que trunco mi gusto por la literatura de Gabriel García Márquez.